LA MISTERIOSA HISTORIA DEL NIÑO PEDRÍN

LA MISTERIOSA HISTORIA DEL NIÑO PEDRÍN

Monte Abantos de Escorial

El monte Abantos de Escorial, atesora multitud de historias y leyendas que le han dado desde tiempos lejanos un carácter de montaña mágica y misteriosa. Su cercanía al monasterio de El Escorial y las imponentes vistas que sobre esta mole pétrea, legado de Felipe II, que se obtienen desde la cima, nos invitan a pensar en algunas de estas historias.

El caminante que se adentra en los espesos bosques de pino de alguna de sus laderas, puede encontrarse con dos cruces, una gigantesca y conocida por todos, la Cruz del Valle de los Caidos, situada en la zona de Cuelgamuros, y otra muy pequeña y casi invisible si no vamos atentos a su encuentro, la Cruz de del Niño Pedrín.

Se trata de una sencilla cruz de piedra en la que podemos encontrar la siguiente inscripción “El 10 de febrero de 1893, fue hallado en este sitio el cadáver del desgraciado niño Pedrín Bravo y Bravo, víctima del brutal salvajísimo”

La historia del monaguillo perdido

Era monaguillo y contaba con tan sólo 8 años de edad cuando desapareció misteriosamente. Semanas más tarde, fue hallado sin vida en el Monte Abantos. Hoy, esta cruz recuerda el lugar exacto en el que apareció. Su terrible muerte y hallazgo puso los pelos de punta a sus vecinos y propicio muchas especulaciones y leyenda

Nunca quedó del todo claro quién fue el autor de semejante atrocidad, pero, Julian García, apodado «El Chato de El Escorial» y con antecedentes múltiples por intento de violación, fue acusado por el crimen.

Emilio Carrere Moreno, poeta, periodista y narrador español, escribió sobre los hechos en sus poemarios «Románticas» y «El Caballero de la Muerte», donde explica como Julian García cumplió una condena de 23 años y quedó ciego acabando en la mendicidad por las calles de Madrid, donde gritaba, «¡Los frailes! ¡Fueron los frailes!» a todo aquel que tras todos estos años todavía se acordaba le recordaba aquella hora atroz en el monte Abantos.

Fuesen los frailes del monasterio o el Chato, nunca lo sabremos con certeza y mientras es terreno abonado para la especulación y la leyenda.

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