La sillada de Garcisancho

La sillada de Garcisancho

La sillada de Garcisancho

El valle de Lozoya es un entorno natural de gran belleza y un autentico paraíso para los amantes del senderismo. Al estar protegido por dos cordales de montaña, al sur por la Cuerda Larga y al norte por los Montes Carpetanos, su clima es generalmente suave. Sus robledales y pinares dan cobijo a multitud de torrentes de agua que vierten al río Lozoya, el gran beneficiado, ya que la gran calidad del agua que consumimos en la ciudad de Madrid se la debemos a este río.

Tampoco podemos olvidar la gran cantidad de especies animales que habitan este entorno, corzo, jabalí, cabra montés, gineta, tejón, garduña, zorro, etc… aunque la más emblemática es
el buitre negro (Aegypius monachus), que presenta en la zona una de sus principales colonias de cría.

En los últimos años se ha incorporado a los tesoros del valle de Lozoya, el lobo. El lobo, una de las especies más emblemáticas de la península ibérica, desapareció de gran parte del nuestro
territorio y solo desde que se pusieron en marcha políticas de protección, ha ido recuperándose.

 

Ruta sencilla y preciosa

La ruta que hoy te queremos proponer, es tanto por su belleza como su facilidad para realizarla, una de esas que no puedes dejar de conocer. Muy cerca de la localidad de Rascafria, la más importante del valle, se encuentra el mirador de los Robledos, lugar donde comenzaremos la caminata. Para llegar cogemos la carretera que une dicha localidad con el puerto de Cotos. Pasado el monasterio de el Paular seguimos hasta, en apenas 2 minutos, llegar a una desviación a la derecha, indicada como Mirador de los Robledos. Por una estrecha y encantadora carretera entre robles, llegamos a una zona habilitada como aparcamiento, este sera el punto de inicio.

El mirador de los Robledos es un excepcional balcón sobre el valle de Lozoya que invita a detenerse y contemplar, hasta donde nos permita la vista, tan magnifico entorno. Junto al mirador se levanta un monolito de piedra a modo de homenaje al guarda forestal. Empredemos camino en dirección oeste para enseguida cruzar la barrera que da acceso a una amplia pista, nosotros la cogeremos hacia la izquierda para casi inmediatamente coger otra pista que sale a nuestra derecha.

En apenas 2 kilómetros, y sin abandonar el camino, nos encontraremos a nuestra derecha, una laguna en la que merece la pena hacer una breve parada. Continuamos nuestro camino, en
ocasiones con pendiente que nos obliga a trabajar el músculo corazón, hasta alcanzar la modesta y amplia cumbre de Cabeza Mediana, a 1692 mts. Desde aquí tenemos un excepcional vista sobre el macizo de Peñalara. El camino continua, ya en bajada, hasta el paraje conocido como la Sillada de Malabarba, lugar encantador y con unos enormes pinos silvestres que llaman nuestra atención por lo majestuoso de su porte.

Unas vistas espectaculares

Nuestro siguiente objetivo es el Cerrito Sarnoso, el cual afrontaremos por una corta aunque fuerte subida. El camino que debemos coger de subida al cerro, se encuentra fácilmente si nos dirigimos hacia una zona con la vegetación mas baja de lo, que en su día, fue un cortafuegos. Ya en la cima del Sarnoso llevaremos en nuestras piernas unos 5,5kms. Las vistas son espectaculares si tenemos la suerte de tener un día despejado. Una cómoda y agradable baja nos llevara hasta una gran pradera que se conoce como Sillada de Garcisancho. Ignoramos quien era y que fue del tal Garcisancho, pero a buen seguro que disfrutaría de estos parajes tanto como nosotros.
Después de disfrutar de un buen refrigerio y tumbarnos un rato a la “bartola” podemos emprender el regreso, en primer lugar siguiendo el trazado del GR-10, paralelo al arroyo de la Umbría, que en un primer tramo es camino y luego pista forestal. Posteriormente en un cruce se toma una pista forestal a la derecha, que cruza el arroyo de la Umbría con un puente, y nos lleva al punto de inicio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *