Es uno de los paseos más sorprendentes que pueden realizarse por la Sierra Norte, pues permite contemplar la variedad y riqueza de la flora de la zona, así como la Chorrera de Mojonavalle. El número de especies es tan abundante como asombroso, pues hay, incluso, algunas tan poco habituales como el abeto de Douglas, otras propias de distintas altitudes como el abedul y varias protegidas como el acebo y el tejo. Además. los melojos y los pinos silvestres alcanzan alturas infinitas.
Las aguas de la chorrera son del arroyo del Sestil del Maíllo, afluente del río Lozoya Tiene una altura de 30 metros y está a una altitud de 1.589 mts. Las rocas sobre las que está la cascada la dan una forma bastante irregular y deshilachada.
Como en todas nuestras actividades, haremos la ruta tranquilamente, disfrutando del entorno y la compañía.
¿te atreves a vivir un día de los que cuentan?